Al viejo le
gustaba pensar en sí mismo como en un apostador o incluso como en un estratega.
No hacia sus negocios para ganar dinero, no quería ser rico, ni próspero, ni establecerse.
Le divertía jugar, inventarse sus metas, sus enemigos y sus batallas. Todo el
tiempo le daba consejos, como un maestro. La clave está en no establecerse, en
no necesitar a nadie ni nada. Hay que saber cuándo irse. Hay que estar siempre
listo para irse. Cuando ellos parpadean vos ya te fuiste. La clave, muñeca, es
estar siempre listo para perderlo todo de un golpe. Nunca te olvides de eso,
porque eso es lo que te va a pasar.
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