La timidez
es una condición extraña del alma, una categoría, una dimensión que se abre
hacia la soledad. También es un sufrimiento inseparable, como si se tienen dos
epidermis, y la segunda piel interior se irrita y se contrae ante la vida. Entre
las estructuraciones del hombre, esta calidad o este daño son parte de la aleación
que va fundamentando en una larga circunstancia, la perpetuidad del ser.