
Uno se construye grandes historias, esa es la verdad, y podría seguir creyéndolas durante años, no importa lo absurdas que sean, ni lo inverosímiles, te las llevas contigo y basta. Se es hasta feliz con cosas así. Feliz. Y podría no acabar nunca. Luego, un día, sucede que se rinde algo en el corazón del gran artefacto fantástico, zas, sin razón alguna, se rompe de repente y tu te quedas ahí, sin comprender como es que toda aquella fabulosa historia ya no la llevas encima, sino delante, como si fuera la locura de otro y ese otro fueras tú. Zas. A veces, basta con nada. Incluso una sola pregunta que aflore. Basta con eso.
-Madame Deverià…, ¿cómo haré yo para reconocer a esa mujer, a la mía, cuando la encuentre?
Incluso una sola pregunta elemental que aflore desde las madrigueras subterráneas en las que la habíamos enterrado
-¿Cómo haré para reconocerla cuando la encuentre?
Ya.
Hoy es una noche en que tengo muchas ganas de leer a baricco!!! la verdad que es un groso, al igual que usted distinguido roberth!
ResponderEliminarA ver si das señales de vida...
Saludos
Pipa
Compuse unas canciones, a propósito de Océano Mar. Disponibles aquí:
ResponderEliminarhttp://tomaspinel.wordpress.com/2014/04/25/elisewin-a-proposito-de-oceano-mar/